2014_15
Guía docente 
Facultad de Letras
A A 
castellano 
Patrimonio Artístico y Cooperación Cultural (2012)
 Asignaturas
  CIUDAD Y PATRIMONIO EN AMÉRICA LATINA
DATOS IDENTIFICATIVOS 2014_15
Asignatura (*) CIUDAD Y PATRIMONIO EN AMÉRICA LATINA Código 12775203
Titulación
Patrimonio Artístico y Cooperación Cultural (2012)
Ciclo
Descriptores Cr.totales Tipo Curso Periodo Horarios y datos del examen
5 Optativa 2Q
Modalidad y lengua de impartición Ver grupos de trabajo
Prerrequisitos
Departamento Història i Història de l'Art
Unitat Predepartamental d'Arquitectura
Coordinador/a
MAR MEDINA, RICARDO
Correo-e ricardo.mar@urv.cat
josealejandro.beltrancaballero@u
Profesores/as
MAR MEDINA, RICARDO
BELTRAN-CABALLERO ., JOSE ALEJANDRO
Web
Descripción general e información relevante OBJETIVOS La finalidad de esta asignatura es presentar la complejidad que compone la ciudad histórica en Latinoamérica. Dicha complejidad se entiende desde la perspectiva histórica en la que se habla de ciudad como producto de una historia cultural, que en el caso latinoamericano ya era milenaria en el momento de la llegada de los europeos en el siglo XVI. El periodo colonial será decisivo para la introducción de los modelos urbanísticos europeos que se perpetuaron hasta el siglo XIX. Con la independencia, las antiguas colonias inician un periodo que modeló con rasgos específicos un tejido de ciudades que para entonces era ya de carácter histórico. Finalmente en el siglo XX, la ciudad Latinoamericana se enfrenta a los retos del crecimiento: por una parte acoge los postulados del movimiento moderno en un proceso que implicó profundas transformaciones en los tejidos históricos con las que se buscaba dar paso a importantes infraestructuras que permitieran el desarrollo de la ciudad. Por otra, el crecimiento desmedido de sus periferias propiciaría la autoconstrucción de extensos barrios de población excluidos del mercado de la vivienda convencional. A comienzos del siglo XXI las ciudades han continuado su crecimiento exponencial ofreciendo un panorama contradictorio: aunque por una parte se han acentuado los contrastes sociales y la densificación ligada a la especulación inmobiliaria, por otra, los intentos de reconducir el crecimiento urbano hacia un mayor equilibrio territorial han contado con el apoyo entusiasta de amplios grupos sociales: una población empeñada en mejorar las condiciones de la vida urbana, conservando sus propios rasgos de identidad en el contexto globalizado del mundo contemporáneo. En conclusión, la ciudad histórica latinoamericana constituye un laboratorio ejemplar para comprender los aciertos y contradicciones que condicionaran en los próximos decenios el futuro de la vida urbana. INTRODUCCIÓN Las comunidades humanas en toda Latinoamérica desarrollaron desde la prehistoria pautas específicas de relación con el medio natural, diferentes a las generadas en otros ámbitos geográficos del mundo. Estas pautas condicionaron en muchos aspectos su cultura, la organización social, la formación de una cosmovisión original y por supuesto la forma de sus asentamientos. A pesar del impacto que supuso la conquista y colonización, muchos de estos rasgos continúan formando parte del substrato cultural latinoamericano. De hecho, la colonia y la ciudad republicana constituyeron formaciones específicas, diferentes en su desarrollo a los modelos urbanos importados desde Europa. Aunque los centros coloniales monumentales asemejan en algunos rasgos a la configuración de las plazas históricas europeas, las diferencias se hacen evidentes si consideramos su trazado viario, su inserción en la trama urbana o la dialéctica que se establece con los barrios periféricos. En estos últimos, en particular, se concentra la expresión de los modos de organización urbana más originales: barrios y viviendas de autoconstrucción donde se hace evidente la importancia de la actuaciones comunales como expresión de un arraigado sentido de comunidad, una concepción propia del paisaje urbano, las manifestaciones públicas de un universo figurativo original, envolviéndolo todo la continuidad de una particular sensibilidad espiritual heredera de la vieja cosmovisión precolombina. El panorama urbano que acabamos de describir se haya actualmente envuelto en un proceso de cambio radical. El desarrollismo y la especulación urbanística que transformaron las ciudades europeas en la segunda mitad del siglo XX, se expande actualmente por los centros urbanos de Latinoamérica. En este contexto, es necesaria una reflexión general en torno a los instrumentos que condicionan en el futuro la transformación de la ciudad. Es necesario recordar que la rehabilitación de los centros históricos y de su patrimonio arquitectónico es uno de los ejes fundamentales que está condicionando y que condicionará en los próximos decenios el desarrollo de las ciudades en América Latina y en Europa. En el caso de las grandes ciudades habitadas por millones de habitantes, los problemas estructurales requieren actuaciones globales cuya escala sobrepasa la dimensión de sus centros históricos. Existe sin embargo un numeroso censo de ciudades históricas de escala media (250.000-750.000 habitantes) provistas de un patrimonio prestigioso, que en ocasiones ha sido incluido por la UNESCO en la Lista del Patrimonio Mundial, en las que los proyectos de rehabilitación del patrimonio inmueble tienen un efecto muy directo en la vida de sus habitantes. Los recursos públicos se han invertido en general en los edificios de mayor prestigio: catedrales, murallas, plazas de armas, palacios, monasterios e iglesias, mientras que el desarrollo del turismo ha canalizado los recursos privados hacia la construcción de hoteles, restaurantes y empresas de servicios que han ocupado el entorno urbano de los monumentos restaurados. Esta dinámica ha favorecido la conversión de los centros monumentales en “museos al aire libre”, donde la rentabilidad económica de la actividad turística ha contribuido a la expulsión de la población original. Los habitantes oriundos, relegados a barrios considerados “no históricos”, pierden con ello su memoria e incluso lo que en origen fueron sus raíces colectivas. Aunque las circunstancias son diferentes en América Latina y en Europa, muchos de los problemas resultantes son comunes. Por ejemplo, contamos ya con una larga lista de centros monumentales monopolizados por el turismo y separados de los restantes barrios de la ciudad por barreras ambientales e imaginarias. Son ciudades fragmentadas a causa de la segregación de sus partes menos prestigiosas. Éstas carecen en la práctica de los instrumentos efectivos de protección aplicados a los centros monumentales. En conclusión, importantes porciones de tejido histórico consideradas de poca importancia por carecer de monumentos son condenadas al deterioro y en ocasiones a la destrucción. El crecimiento de las urbanizaciones inmobiliarias fragmenta aún más estos tejidos, a la vez que los barrios marginalizados siguen su dinámica de autoconstrucción. El planeamiento de protección se limita a la catalogación y delimitación de edificios singulares. Con frecuencia, la edilicia popular o la arquitectura no caracterizada como monumental son excluidas de los instrumentos efectivos de protección. PROBLEMAS ESPECÍFICOS QUE ABORDA ESTA ASIGNATURA Ante este panorama, nos parece evidente que es necesario repensar el futuro de la ciudad histórica reintegrando las partes segregadas y todos los elementos que la conforman. Se trata de un problema conceptual ya que todo tejido construido es histórico por naturaleza, no solo los edificios prestigiosos. Esto implica la actualización de los programas docentes universitarios y un enérgico impulso al desarrollo de sinergias con los restantes agentes institucionales y privados involucrados en la conservación de nuestra memoria histórica. Por otra parte, los problemas de la ciudad histórica no se resolverán exclusivamente con la actuación de los proyectos de carácter público: es necesario generar nuevas dinámicas que incorporen a los agentes privados. En este punto, la universidad como marco neutral de reflexión, constituye un punto de encuentro con los agentes institucionales encargados de la protección de los bienes culturales y los privados que estimule una nueva cultura del proyecto en la rehabilitación y restauración de edificios. En los últimos decenios, el panorama profesional de la restauración de monumentos ha ido dejando paso a la noción más general de gestión integral de las ciudades históricas. Ello está implicando la intervención de otras disciplinas como la Arqueología Urbana, Arqueología de la Arquitectura, Antropología, Geografía, Sociología, Biología, entre otras. Es emblemático el creciente protagonismo de las técnicas modernas de estudio arqueológico de la arquitectura, cuyo origen y desarrollo se remonta a las grandes excavaciones arqueológicas de finales siglo XIX como Babilonia, Delfos u Olimpia. Aunque durante la primera mitad del siglo XX estas técnicas quedaron relegadas al ámbito cerrado de institutos universitarios y centros de investigación especializada, fue después de la II Guerra Mundial, con el proceso de renovación de los centros históricos de toda Europa, que se llevó su aplicación a la restauración de patrimonio inmueble. Si bien al inicio se trató de una técnica experimental, con el tiempo, se generalizó su aplicación a la gestión integral de los edificios y conjuntos históricos. La Arqueología Urbana, inicialmente desarrollada en Gran Bretaña y Francia en los años 70’s, actualmente constituye un instrumento imprescindible para recuperar los “archivos del suelo”, es decir, la documentación histórica que se esconde bajo calles y edificios actuales. Podríamos continuar citando la participación de geógrafos, antropólogos, biólogos o sociólogos. La moderna rehabilitación de la ciudad histórica requiere hoy en día equipos pluridisciplinares capaces analizar el tejido histórico construido como instrumento de diagnosis en la restauración de edificios históricos de todas las épocas y en la elaboración de los planes de gestión integrada de nuestras ciudades. Se trata de una nueva cultura del “proyecto de intervención” que debería ser incorporada a los programas docentes universitarios. Sin embargo, el dinamismo de los procesos que acabamos de describir, exige que la actividad docente interactúe con los responsables institucionales de la tutela y con los agentes privados que viven la ciudad histórica. En este sentido, la Universidad a través de los procesos formativos avanzados es el puente natural entre la comunidad civil y las instituciones. Su posición neutral le convierte en el punto de convergencia de intereses y sobre todo de capacidades de planeamiento y de proyecto para afrontar los retos que implica un nuevo modo de imaginar las ciudades históricas en el siglo XXI
(*)La Guía docente es el documento donde se visualiza la propuesta académica de la URV. Este documento es público y no es modificable, excepto en casos excepcionales revisados por el órgano competente o debidamente revisado de acuerdo la normativa vigente.